4 sept 2017

Los CxC de Schrödinger

 
 
En su autobiografía apócrifa “Epílogo innecesario a una vida cretina”, Marck Ajoufer, filósofo de cabecera de CxC, se refería a la relación entre los corredores de largas distancias (o como él los denominaba con cariño: “esos imbéciles absolutos”) y sus familias y/o amigos en los siguientes términos:
"Los allegados a estos imbéciles absolutos (sic) tienen la necesidad tan inevitable como incomprensible de seguir sus andanzas deportivas exageradas por los más modernos medios comunicativos. Se produce así un fenómeno de seguimiento mediante el que estos son conocedores de las evoluciones de aquellos prácticamente en tiempo real. Una juerga. Debido a que los allegados, al contrario que los imbéciles absolutos, tienen que descansar de vez en cuando, han de dejar de conocer contra qué trozo de universo andan golpeando los pies del imbécil de sus desvelos. Se da entonces una paradoja a la que denomino el Imbécil de Schrödinger, no por el asco que me produce la figura del físico austriaco, que también, sino porque en ese momento en el que el allegado cede ante la naturaleza y duerme, el imbécil absoluto queda en la misma coyuntura vital que el gato protagonista de la paradoja propuesta por el lloramigas austriaco. Desde ese instante el corredor está a la vez en carrera y retirado en dos estados superpuestos.  Ahí queda eso”.
Ampliando hasta el absurdo la paradoja descrita por Ajoufer se podría decir que desde que este bloj ha estado huérfano de contenidos, CxC como concepto ha estado finado y no, a la vez. Ahí dejamos la reflexión que puede dar pie a distintas interpretaciones de carácter especulativo que, a decir verdad, nos importan lo justo y un poco menos.
Lo cierto es que el oscurantismo en cuanto a las vidas de los siempre simpáticos muchachos y bellas muchachas de Corriendo por el Campo obedece a razones de variada naturaleza. Han entrado en liza cuestiones familiares, de perrería congénita, de graciosos malos entendidos, de hospitalizaciones varias y de muchas resacas. Entrenar también hemos entrenado, incluso alguno ha competido logrando retos que hace unos años nos parecerían a todos de ciencia ficción.
A continuación resumiremos algunos de los hitos más destacados de lo acaecido en los meses (?), años (?), lustros (?) que este bloj lleva sin actualizarse con la escasa seriedad que le caracterizaba en tiempos.
La familia Arroyo De la Rubia, harta de las inconveniencias que la fama de presidir CxC acarrea, emigró a los USA dejando al club en el desamparo (y luego pasa lo que pasa)
Huérfanos de la tutela de la presidencial familia, el secretario y el que mueve los hilos en la sombra  han dado un giro insospechado a sus existencias si bien el primero se ha dado de bruces ene veces con el fracaso deportivo, el segundo se ha merendado pruebas tan largas y duras (con perdón) como PT281 o THT (en el 2016), cuyas siglas ya dan miedito.
Miguel ha mutado en un bicho deborakilómetros y ya lleva un cerro de días seguidos corriendo. También acabó con el PT281 (en el 2016 y 2017) y algunas otras barbaridades. Su señora también ha dado el paso a la ultradistancia suponemos que para estar cerca de semejante hombretón. Sus razones tendrá.
Las juventudes ceporcesas  (Guti, Ramón, Tomás, Pelu…) han seguido con sus aburridas vidas lejos de la molicie del ocio y haciendo gala de un equilibrio emocional que asusta.
Pepón y su familia, además de seguir altos elegantes y distinguidos todos como cipreses que sobresalen de entre los chaparros ceporceses, se han empeñado en darnos una lección vital a base de positivismo y sonrisas que da gusto verlos. Están en un ultra impresionante que van a terminar en el podio para alegría del resto.
Hablando de positivismo habría que destacar el nacimiento de una facción “positivista” en el club que se creó en los morros mismos del presidente desafiando su totalitario poder. Lo conforman Kiko y el secretario, posiblemente dos de los hombres más serios del club. (Por cierto Kiko sigue venciendo en cuantos torneos de pádel se le ponen al tiro).
Paco, Tori, Carloja, las familias, los aledaños… todo más o menos dentro de la normalidad de un club como este. (Yan y su recientemente ampliada familia sigue empeñado en hacer lo que le sale de la membresía y en alimentar al resto de la mejor y más engordante manera posible).
Además han llegado elementos nuevos al club que prometen dar más gloria aún al impresionante palmarés deportivo CxC como el gran Jesús Gil que no solo corre como un animal sino que bebe como el que más llenándonos de orgullo y satisfacción..
Y Tocino… todos queremos al Tocino.
Prometemos (amenazamos) con volver a relatar nuestras correrías campestres, nuestras recetas  y nuestras cosas de cxcses con la asiduidad, gracejo y mala literatura que nos caracterizan.

 

 

 

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